“Mirando al trasluz la portada del ejemplar antiguo, se veía que justo en el lugar donde debía aparecer la mención de traducción, el papel era ligeramente más delgado. Y en la cubierta se veía una gruesa raya azul en el lugar donde debía figurar el nombre del traductor. Aparentemente, alguien había raspado cuidadosamente la tinta de la portada en esa zona. Y en la cubierta, que soporta mejor la adición de elementos gráficos, se había trazado una línea de tinta azul para ocultar el nombre censurado.”
“A partir de aquí, aunque obviamente todo son conjeturas, es cuando entra en juego la Historia, ya que podríamos estar delante de un caso de “censura” o, al menos, y por utilizar un término que ahora nos es familiar, de “cancelación”. Y no sobre un autor o sobre una obra, sino sobre el humilde nombre de un traductor de una olvidada, anodina y aséptica obra sobre arte. ¿Por qué? Pues porque el traductor, en realidad traductora, era MARGARITA NELKEN.”
portada
cubiertas
nelken