La totalidad de los municipios de la Comunidad de Madrid se están viendo afectados por la incidencia del temporal de nieve y frío. El Gobierno Regional ha asegurado que la actividad lectiva presencial se reanudará el lunes con normalidad, limitándose a ordenar que se encendieran las calefacciones el pasado viernes. En años anteriores, temporales de menor intensidad ya habían obligado a interrumpir las actividades académicas en muchos municipios. Estas nevadas, cuya intensidad es la mayor de las últimas décadas, es previsible que terminen por acarrear multitud de problemas, que harían aconsejable aplazar la vuelta presencial mientras no remita la ola de frío.

  • La situación meteorológica está provocando, en primer término, un colapso de las comunicaciones, con cortes de carreteras y la interrupción de líneas ferroviarias. Al igual que sucedió en ocasiones anteriores, va a ser imposible la incorporación a sus puestos de trabajo de numeroso personal, al igual que la asistencia de un porcentaje importante de alumnado. En tal situación, es impensable que se pueda avanzar materia.
  • La acumulación de nieve y las heladas intensas pueden suponer unos riesgos adicionales para la seguridad y salud de alumnado y trabajadores. La posibilidad de accidentes por derrumbe de ramas, cornisas, caídas o colisiones de vehículos se multiplica, justo en un momento en que el sistema sanitario está al borde del colapso a causa de la pandemia. Ante una situación inusual, para la que nuestro territorio no está bien preparada, lo más prudente sería restringir los desplazamientos al mínimo y permanecer en los domicilios.
  • El temporal de frio, inevitablemente, va a provocar incidencias tales como la congelación de tuberías, hundimiento de tejados e, incluso, cortes temporales de suministro eléctrico a causa del sobreconsumo. En tales condiciones, bastantes centros van a tener que interrumpir su actividad, quiera o no el Gobierno Regional.
  • Las bajísimas temperaturas van a imposibilitar la ventilación de los centros docentes, tal y como se venía haciendo desde septiembre. Esta ha sido una de las medidas que ha contribuido a limitar la incidencia de la COVID 19. Un retorno a las aulas en coincidencia con un repunte de la pandemia, que parece bastante fuerte tras las fiestas navideñas, puede arrastras consecuencias muy serias.

Todas estas consideraciones deberían obligar a un aplazamiento de la vuelta presencial a las clases. Dado que todas las programaciones didácticas contemplan la eventualidad de que pudiera pasarse a un escenario de docencia on-line y que en este momento se está mucho más preparado para adaptarse a la situación, esa medida no sólo redundaría en la seguridad y salud de los distintos miembros de la comunidad educativa, sino que contribuiría mucho más al cumplimiento de los objetivos didácticos.