1mayoEl Primero de mayo no es un puente ni una romería. El Primero de mayo conmemora un hecho trágico, un asesinato de Estado. La II Internacional acordó llevar a cabo una movilización mundial en esa fecha, no sólo en recuerdo de los Mártires de Chicago, sino para rendirles el mejor homenaje posible: conseguir la jornada de 8 horas. Desde entonces, el Iº de Mayo ha sido testigo de luchas heroicas y, también, de momentos de triunfo y fiesta.

El Primero de Mayo debe servir para recordar que la clase trabajadora es quien mueve el mundo. La clase obrera es ese personal sanitario a quienes se aplaudía desde los balcones en los días del confinamiento. Clase trabajadora son las cajeras del supermercado, los conductores del transporte público, los jornaleros que recogen fruta en los campos de plásticos y, también, el personal que mantiene abiertos los centros educativos. Y debemos estar orgullosos de ser lo que somos. Y porque somos una gran mayoría y hacemos todas lo que resulta indispensable, es por lo que seguimos creyendo que la clase trabajadora es la fuerza que puede cambiar las cosas.

Pero aparquemos un momento la grandielocuencia. El multimillonario Warren E. Buffett nos recordó, cínicamente, que hay una guerra de clases y que la están ganando los ricos. ¿No habría, quizás, motivos para tirar la toalla? Cuando se retrocede en derechos laborales y libertades, cuando vemos a sectores de nuestro alumnado en situaciones dramáticas y cuando el presente se parece a una distopía siniestra, precisamente por eso, no es posible ni legítimo rendirse.

No cabe otra cosa que intentar cambiar, en primer lugar, lo que tenemos más cerca. Si el personal de limpieza o de hostelería con el que nos encontramos todos los días sabemos que sufre algún tipo de abuso, vamos a animarles para que se asesore en un sindicato. Si un compañero o compañera de trabajo es acosado por sus jefes, vamos a darles nuestro apoyo. No hace falta ser un héroe ni un testigo protegido.

Nuestro homenaje a este Primero de Mayo de 2021 no se ha limitado a un día. Esta penúltima semana de abril hemos estado reclamando la estabilidad laboral para el personal precario de la enseñanza y de todas las administraciones públicas. Y la semana anterior, nos manifestábamos en Madrid para exigir unas ratios más bajas en las clases y otros medios indispensables para poder atender en condiciones al alumnado de las clases trabajadoras, Esas luchas eran la continuación de las que impulsamos en el inicio de este curso tan excepcional. Y mucho nos tememos que va a ser muy necesario continuar y redoblar esas luchas, en un contexto de recesión, ajustes y auge del fascismo.

Después de más de un siglo conmemorando el Primero de Mayo, la lección que no hay que olvidar jamás es que, si se deja de luchar, los derechos se pierden. Por eso, más que nunca, ¡Viva la lucha de la Clase Obrera!

Madrid, 26 de abril de 2021.

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