Presidenta Comunidad de MadridEl anuncio, el pasado miércoles 10 de marzo, de la disolución de la Cámara Legislativa regional, que acontece simultáneamente a la presentación de sendas mociones de censura contra Isabel Díaz Ayuso por parte de PSOE y Más Madrid, marca el inicio de una crisis política cuyo desenlace va a depender, en gran medida, de lo que dictaminen los órganos judiciales. Se abren hipotéticos escenarios, que van desde una amplio acuerdo capaz de desbancar al PP del Gobierno Regional hasta una convocatoria electoral que bascule el mapa político aún más a la derecha.

No hace falta reiterar nuestra posición enormemente crítica hacia la gestión de Isabel Díaz Ayuso. Desde el momento de su investidura, STEM puso su empeño en oponer un frente intersindical común a las políticas de desprestigio, degradación y privatización de lo público que venían anunciadas en su programa (desde el Cheque Escolar hasta unos conciertos otorgados no en nombre de la necesidad social, sino de una supuesta libertad de elección).

El actual gobierno regional ha profundizado en las políticas iniciadas por Esperanza Aguirre. Ha funcionado como brazo político de la oligarquía del ladrillo e impulsado, con gran radicalismo, la acumulación por desposesión (en lenguaje llano: quitar los bienes colectivos a los pobres para dárselos a los ricos). El equipo de gobierno saliente ha dirigido los destinos de nuestro territorio en una situación de excepcionalidad (COVID 19, Estado de Alarma, inicio de una nueva recesión económica….). La Comunidad de Madrid que dejan es puntera en la incidencia de la pandemia y en las Colas del Hambre. Al margen de las responsabilidades que corresponden a otras administraciones -incluida la UE- . ahora vemos, en toda su magnitud, los costes de aquellas políticas basadas en el recorte y la privatización. 

Isabel Díaz Ayuso ha estado el suficiente tiempo para poner de relieve el contraste entre sus consignas – Gestión Eficaz, Excelencia, Innovación o Prestigio – y la miserable realidad que representan los mayores abandonados a la muerte, sin asistencia médica, en las residencias de la Comunidad; la construcción de un hospital como el Isabel Zendal, 1431608649_168111_1431611182_noticia_normalsin médicos ni quirófanos, pero un gran negocio para sus amigos constructores; una región desindustrializada, convertida en un inmenso bar para Europa, a la vez que todos los años se desatienden miles de solicitudes para matricularse en ciclos públicos de FP; la exigencia de comportamientos responsables a la población al mismo tiempo que los transportes públicos reducían su servicio, dando lugar a las consabidas imágenes de personas hacinadas como ganado en vagones del metro o cercanías… No menos paradójico ha resultado que los políticos que más españolean, que más invocan la palabra España, la unidad de España, la bandera de España, la Hispanidad y la españolidad de charanga y pandereta, son quienes más se han esforzado en bloquear cualquier intento de acción común de los territorios frente a la pandemia.

No vamos a hacer cábalas sobre el futuro próximo, pero sí a dejar sentado el principio que regirá nuestra acción sindical. LOS DERECHOS SE DEFIENDEN, GOBIERNE QUIEN GOBIERNE. Tenga el color que tenga el futuro gobierno, nuestra causa son los intereses de la clase trabajadora. Buscaremos la máxima unidad para defender y mejorar los servicios públicos básicos. Seguiremos luchando por que desciendan las ratios en las clases, se oferten las plazas públicas necesarias y se atienda debidamente la diversidad. Exigiremos a gobierno regional y los grupos de la Asamblea de Madrid que se asegure la estabilidad del profesorado interino y que la reforma de la FP no deje atrás al profesorado con titulación no universitaria. Procuraremos que el sistema educativo de instrumentos, conocimientos y valores a las clases trabajadoras para poder defenderse en un mundo cambiante. Siempre estaremos abiertos a la negociación y al acuerdo cuando sea posible. Nunca rehuiremos la lucha cuando sea necesario.

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