electricoNo es un error tipográfico. Es nuestro resumen del plan de modernización para la FP de la ministra Celáa y su subalterna Clara Sanz. Agradecemos antes de empezar la puesta en primer plano de la formación profesional incluso su ascenso en la denominación del Ministerio de Educación (y Formación Profesional), también agradecemos haber dotado de una estructura administrativa propia en el Ministerio con secretaría general. Pero al frente de esa estructura hay que poner mejores ideas. Las mejores ideas las tienen las personas adecuadas y las personas adecuadas por lo que parece a resultas de lo propuesto, ni están, ni se las espera.

Hay dinero y mucho invertido en la “prestidigitación” de la FP. Pero puede ser que se convierta en el mayor despilfarro de la historia educativa si no se dirige a las dianas correctas. El objetivo de la Formación Profesional lo define su propio nombre: formar profesionales. La FP es una etapa de especialización y profesionalización. Los técnicos ocupan la mayor parte de las profesiones en el mercado laboral. En la pandemia hemos visto que los trabajadores “esenciales” no eran los que pensábamos. Esa y no otra es la importancia de los técnicos de FP: Son esenciales. ¿Quién debe ser el beneficiario del “plan de modernización de la FP”? En STEM lo tenemos claro: el estudiante y futuro trabajador. Debe obtener la mejor de las formaciones que le permita el acceso al mundo laboral con garantías y la posibilidad de avanzar en su carrera profesional y vital.

El mantra dual

El empresario, evidentemente, se va a beneficiar de tener como empleados a buenos profesionales, pero eso no deja de ser un efecto secundario. No descubrimos la rueda si les informamos que el empresario tiene intereses contrarios a los del trabajador y que pasan por maximizar sus beneficios. Esto significa pagarles cuanto menos mejor y por el mayor número posible de horas. Y también les viene bien tener empleados cautivos, que no se marchen a otras empresas cuando les convenga a ellos, sino cuando le convenga echarlos al señor empresaurio y siempre con la menor de las indemnizaciones. Legislar cuando hay intereses contrapuestos es delicado y se esperan acciones claras en defensa del trabajador de un partido que se dice socialista y obrero.

Sin embargo el plan estratégico de la señora Celáa la palabra “empresa” aparece 80 veces y la palabra “trabajador” aparece 7 veces. Y el en plan de modernización de la FP 92 frente a 16. ¿Va quedando claro por y para quién se hace el plan de “prestidigitación”?

La empresa no va a colaborar en la formación si no tiene un beneficio directo en sus cuentas. No son una ONG ¿Sorprendidos? ¿Y qué puede sacar la empresa de todo esto? Para nosotros está claro: si colaboran es porque obtienen trabajadores a bajo coste con la excusa de “es que les estamos formando”. La FP dual, en las condiciones en las que sería beneficiosa para el futuro trabajador, pasaría seguramente a ser gravosa para la empresa:

  • La empresa tiene que detraer recursos humanos para dedicarlos a la formación y a la coordinación con el centro de estudios.
  • La empresa tiene que detraer recursos humanos para dedicarlos a la burocracia, que es mucha.
  • La empresa tiene que asegurar que el tutor en la empresa posee la formación técnica y pedagógica necesaria.
  • La empresa dual ideal es la que tiene necesidades continuas de contratación y con procesos productivos no usuales o especializados. Necesita trabajadores especializados en “lo suyo”. En España, tierra de pymes, hay poco de eso. No somos Alemania. La producción la tenemos en China y Bangladesh ¿Verdad Amancio? Al trabajador por el contrario, la especialización excesiva le dificulta la movilidad laboral por razones obvias: el trabajador que solo sabe hacer el jarabe de la “Cocaloca” es un trabajador cautivo de la empresa que fabrica la “Cocaloca”.

Para el profesorado que estamos obligados a defender como sindicato, lo dual supone menos horas lectivas disponibles. O sea, que se necesitan menos profesores. O sea que a más dual, más paro. Por otro lado, la labor de búsqueda de empresas no recibe ninguna asistencia ni facilidad por parte de las administraciones. Como hay pocas empresas que encajen en el perfil y dispuestas a acoger alumnos, nos vemos convertidos en comerciales de recursos humanos puerta a puerta, pateando muchos kilómetros y empleando muchas horas para dar con la empresa que encaja. Como la empresa pocas veces es una gran empresa, si contrata cubre el hueco que necesitaba y hay que buscar otra nueva al curso siguiente. Y a todos los alumnos hay que colocarlos, oiga. La empresa, acostumbrada a elegir, se resiste a no poder hacerlo.

Titulaciones “a la carrera”. Alí Babá y los 80 nuevos títulos de FP.

En el 33º Encuentro de la Economía Digital y las Telecomunicaciones organizado por AMETIC y que se celebró en Santander en septiembre de 2019, Celáa dio el notición: “su ministerio se encontraba diseñando 80 nuevas titulaciones de Formación Profesional asociadas a disciplinas tecnológicas clave como son la inteligencia artificial, la ciberseguridad, el diseño de videojuegos, la conducción de drones, el big data, la digitalización del mantenimiento, la fabricación inteligente o el 5G”. Tengan en cuenta que el catálogo actual para las 26 familias profesionales es de 176 titulaciones y 9 cursos de especialización. Eso supone crear un 45% de nuevos títulos.

Muy atrasados estábamos si teníamos tal necesidad sin cubrir. Observen que todas las tecnologías “clave” (recuerden esta palabra: clave, key en inglés) son las de la serie Black Mirror.

Nada o poca innovación o mejoras habría al parecer en la familia profesional de Madera, mueble y corcho o en Imagen personal o en Textil, confección y piel.

Domingo Antón Rodríguez Agulleiro es el subdirector general de innovación y ordenación de la FP. El supermán que va a hacer los 80 títulos. Lejos de señalar a su jefa el disparate, se ha lanzado a lo que llamaríamos “titulaciones a la carrera”. A la carrera por las prisas y a la carrera por lo que parecieran, las más veces, grados o carreras universitarias. “Prestigiar la FP” parece que para la señora ministra es convertir a técnicos en ingenieros.

Se están lanzando a toda prisa un rosario de cursos de especialización (los “máster” de la FP). Se los enumero (proyectos y publicados entre 2019 y 2021):

  • Curso de Especialización en Audiodescripción y Subtitulación
  • Curso de Especialización en Ciberseguridad en Entornos de las Tecnologías de Operación
  • Curso de Especialización en Ciberseguridad en Entornos de las Tecnologías de la Información
  • Curso de Especialización en Cultivos Celulares
  • Curso de Especialización en Desarrollo de videojuegos y realidad virtual
  • Curso de Especialización en Fabricación Inteligente
  • Curso de Especialización en Mantenimiento avanzado de material rodante ferroviario
  • Curso de Especialización en Mantenimiento avanzado de sistemas de material rodante ferroviario
  • Curso de Especialización de Grado Superior en Sistemas de señalización y telecomunicaciones ferroviarias
  • Curso de Especialización en Panadería y Bollería Artesanales
  • Curso de especialización en BIM (Building Information Modeling)
  • Curso de especialización en Fabricación aditiva
  • Curso de especialización en Implementación de redes 5G
  • Curso de especialización en Instalación y mantenimiento de sistemas conectados a Internet (IoT)
  • Curso de especialización en Inteligencia Artificial y Big Data
  • Curso de especialización en Mantenimiento y seguridad en sistemas de vehículos híbridos y eléctricos
  • Curso de especialización en Materiales compuestos en la industria aeroespacial
  • Curso de Especialización en Digitalización del mantenimiento industrial

 

Son 20, como 5 ya estaban publicados cuando Celáa hizo el anuncio, se han hecho 15. También se publican otros títulos, unos 15, quedan pues 50 titulaciones por hacer para alcanzar los 80 maravillosos de Celáa. Observen que tan solo tres de ellos no corresponden a la categoría “Black Mirror” y mejoran materias tan prosaicas como hacer pan y señalizar vías de tren. No digo que el técnico de FP no pueda alcanzar cierta especialización, pero si visitan el currículo de algunas de esas nuevas titulaciones verán que difícilmente cabe en las 300-600 horas de formación que se proponen, pero claro, el papel lo aguanta todo y quedan de cine. Ahora busquen a los profesores y especialistas reconocidos en su sector que, en la precaria situación laboral del docente desde los recortes, tengan los conocimientos (y las ganas) de lanzarse la labor en las actuales condiciones de horas, material y sueldo.

 

El currículo del Curso de Inteligencia Artificial y Big Data es especialmente un modelo de lo que no se debe hacer. El plan, que puede pasar grosso modo por el de un grado universitario, se calza en solo 600 horas. Chúpate esa. Y sin saber estadística, distribuciones de probabilidad, modelos predictivos de regresión, ni pamplinas. Ahora, quedar, queda chupi.

La pertinaz digitalización.

Las “nuevas tecnologías” ya se mencionaban allá en los 80 como la solución de todos los problemas del mundo. Desde entonces tenemos un continuo atracón de panfletos y dieta de resultados. En la FP hay 26 familias profesionales, a la sazón:

  • Actividades Físicas y Deportivas
  • Administración y Gestión
  • Agraria
  • Artes Gráficas
  • Artes y Artesanías
  • Comercio y Marketing
  • Desconocida
  • Edificación y Obra Civil
  • Electricidad y Electrónica
  • Energía y Agua
  • Fabricación Mecánica
  • Hostelería y Turismo
  • Imagen Personal
  • Imagen y Sonido
  • Industrias Alimentarias
  • Industrias Extractivas
  • Informática y Comunicaciones
  • Instalación y Mantenimiento
  • Madera, Mueble y Corcho
  • Marítimo Pesquera
  • Química
  • Sanidad
  • Seguridad y Medio Ambiente
  • Servicios Socioculturales y a la Comunidad
  • Textil, Confección y Piel
  • Transporte y Mantenimiento de Vehículos
  • Vidrio y Cerámica

Como se ha dicho antes, la FP es especialización. Cada familia y sus titulaciones correspondientes tienen necesidades (tecnológicas o no) especializadas. Lo que más tienen en común es la necesidad de una formación laboral, pues el mercado de trabajo tiene las mismas normas para todos.

Clara Sanz ha determinado que, además, los futuros profesionales deben tener conocimientos digitales básicos y comunes. A tal fin, Clara nos obsequia con un módulo profesional de digitalización (módulo=asignatura de FP, para los no iniciados) en todos los estudios de FP de grado medio y superior (llamados “ciclos formativos” y no “módulos”, que nunca llamamos a las cosas por su nombre, señores de los medios).

No podemos estar más de acuerdo. Envido más: no solo los estudiantes de FP deben tener esos conocimientos, sino también los de bachiller y artes. Esto nos lleva a que todo el orbe debe tener conocimientos digitales básicos y comunes. Entonces nos preguntamos:

Si todos lo necesitan ¿Por qué esos conocimientos no se adquieren obligatoriamente en la educación troncal?

En todo caso, si se pone un módulo común en todos los estudios FP ¿Qué materias van a ver reducido su currículo en los ciclos de FP para hacer hueco a este nuevo módulo?

¿Qué especialidad y cuerpo de profesores van a impartir el nuevo módulo si para organizar el horario el profesor, éste debe tener 18-21 horas semanales de clase y el módulo sólo tiene una hora semanal?¿Cómo se completan las restantes 17-20 horas lectivas del horario de ese profesor?¿Lo han pensado?

¿De verdad necesita la misma digitalización el futuro trabajador “Técnico en Peluquería y Cosmética Capilar” que el “Técnico Superior en Higiene Bucodental” o el “Técnico Superior en Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma”?

Los estudiantes de los ciclos de la familia de Informática y Comunicaciones que ya se digitalizan de arriba a abajo en esa titulación ¿necesitan en absoluto este módulo?

Este módulo nos parece una ocurrencia fruto de la improvisación y la falta de reflexión y diálogo. Nosotros les propondríamos una asignatura de digitalización sí, pero en tercero y cuarto de ESO y además que sea obligatoria, no optativa. Así sería para todos y así no solo los que estudien Formación Profesional saldrán “digitalizados”. Que también necesitan digitalizarse los futuros universitarios y artistas.

¿Recuerdan que les pedimos anotar la palabra “clave” o “Key”? Parece que desde Europa puede haber dinerillo para fomentar las llamadas “Key Enabling Technologies” o como las llaman aquí “Tecnologías Habilitadoras Digitales”. Puede que quizá eso esté detrás del desaguisado de la propuesta loca de Clara.

El maldito bilingüismo, ahora en la FP

El Ministerio prevé que un 10% de los ciclos formativos se impartan en la modalidad bilingüe que patentara la poco o nada socialcomunista Esperanza Aguirre. Punto para ella.

En STEM andamos cansados de explicar que el inglés se aprende de otra manera, que para ejercer muchas profesiones es imprescindible el idioma no lo dudamos, pero que la manera de aprenderlo no es recibir la mecatrónica industrial en inglés. Explicar conceptos complejos en una lengua que no dominan las partes, pone barreras a la comunicación y dificulta el aprendizaje de la materia. “Arreglarlo”, exigiendo un nivel de inglés para el acceso al ciclo bilingüe lo que pone de manifiesto es que no van tanto a aprender inglés, como a usarlo y que necesitan conocerlo de antemano. Por tanto para que la enseñanza bilingüe funcione, el inglés ya dan por hecho que deben traerlo aprendido de casa.

Conclusiones

“Prestidigitar” es nuestra fusión de “prestigiar” y “digitalizar”, haciendo magia. Magia porque solo así se puede convertir a técnicos en universitarios de la mano de densos y sobrecualificados currículum inabarcables en el aula. Magia para encajar la pieza triangular de un absurdo módulo común de digitalización en al agujero cuadrado de la especialización que requiere de la FP.

Como hemos dicho en la introducción, la FP es esencial. Prestigiarla sería hacérselo saber a la sociedad y ponerlo en valor. Prestigiarla sería construir edificios adaptados y especializados para unos talleres, laboratorios y aulas en que se imparten enseñanzas con diferentes y concretos requisitos. Prestigiarla sería dotar de medios materiales. Prestigiarla sería prestigiar a sus docentes y ofrecerles las mejores condiciones, para atraer a los mejores profesionales. Prestigiarla sería tanto crear los títulos nuevos necesarios, como mantener actualizados los existentes. Prestigiarla sería diseñar titulaciones que no solo queden bien en el papel sino que sean abordables en el aula. Prestigiarla sería trabajar en beneficio del trabajador y no de la empresa.