ANTECEDENTES

Durante el mes de febrero de 2020, la Comunidad de Madrid publicó un borrador para modificar el currículo de la Educación Secundaria Obligatoria, que al introducir una tercera hora semanal en Educación Física preveía reducir a la mitad el horario de las asignaturas específicas opcionales de libre configuración autonómica, dejando estas materias con solo una sesión semanal.

Tras las protestas del profesorado de Segunda Lengua Extranjera (Francés, Alemán e Italiano), que con esta medida veían cómo su asignatura pasaba a ser testimonial al quedar en una hora semanal, y tras los posicionamientos en contra de distintas organizaciones sindicales (entre ellas STEM), el 3 de junio de ese mismo año se publicaba una resolución por la cual se aplazaba la introducción en ESO de la tercera hora semanal de Educación Física y la consiguiente reducción del horario de Segunda Lengua Extranjera al curso 2021-2022. Posteriormente, se volvió a anunciar que la medida tampoco se aplicaría en este curso.

DAÑOS COLATERALES DE LA ACTUAL REFORMA DEL CURRÍCULO

Ahora la Consejería vuelve a la carga. Resultan significativas las reducciones que experimentan Biología y Geología (reduciéndose de 3 a 2 horas semanales en 3º) y Tecnología (que deja de impartirse en 2º, donde contaba con 2 horas semanales, a cambio de pasar de 2 a 3 horas semanales en 1º). Pero resulta muy llamativo el hecho de que esta vez la asignatura damnificada sea la de Inglés (Primera Lengua Extranjera), que pasa de 4, 3, 3, y 4 horas semanales, respectivamente, entre 1º y 4º de ESO, a tres horas semanales en todos los cursos. Mientras, se introduce una tercera hora semanal de Educación Física en 1º, 2º y 3º de ESO.

De entrada, no criticamos aumentos puntuales y equilibrados en la carga horaria de determinadas áreas. Además, las Comunidades Autónomas tienen reconocida por ley una amplia capacidad para definir sus currículos. Pero lo que siempre denunciaremos desde STEM es que la Consejería de Educación haga uso de sus atribuciones legales como si de un rodillo se tratara, sin consenso, enfrentando a colectivos docentes y precarizando la enseñanza de determinadas asignaturas, en perjuicio del alumnado.

Queremos insistir en lo curioso que resulta que esta Consejería, que tanto dice promover la excelencia en el aprendizaje de la lengua inglesa (hasta el punto de haber creado el llamado Programa Bilingüe, supuestamente con esos fines), vaya a aplicar un recorte en las horas semanales de Inglés que va a afectar especialmente a los centros que no están en dicho programa y que en uso de su autonomía pedagógica han decidido impartir el inglés de otra manera.

Los Departamentos de Inglés de estos centros a menudo llevan a cabo proyectos propios sin una dotación específica de recursos por parte de la Administración (es decir, con sus propios medios), mediante los cuales consiguen arañar alguna ampliación horaria o algún desdoble en su asignatura, o coordinan programas de intercambio para promover la inmersión lingüística de su alumnado.

La reducción de una hora semanal de Inglés en 1º y 4º de ESO dará al traste con muchos de estos proyectos. No deja de resultar paradójico que el recorte venga de una Administración que como ya hemos comentado se proclama ejemplo de excelencia en la enseñanza de la lengua inglesa. Pues bien, si el nivel de Inglés del alumnado madrileño les preocupa tanto como dicen, deberían recordar que es su responsabilidad garantizar las condiciones para que TODO el alumnado, tanto el de los centros del Programa Bilingüe como el del resto de centros, lo pueda aprender en las mejores condiciones, en lugar de castigar, especialmente, a estos segundos.

La decisión de la Consejería puede dejar al alumnado madrileño en una situación de desventaja respecto a otros territorios, como Castilla – la Mancha para no ir más lejos, que garantiza 4 sesiones de Inglés (una más que en Madrid) en 1º, 2º y 4º de ESO.

EL DOGMATISMO DE LA CONSEJERÍA MARCA LA PAUTA

Hay una diferencia sustancial en los criterios y líneas rojas de la Comunidad de Madrid para la modificación de currículo respecto a otros territorios, y esto es importante: La LOMLOE rebaja la carga horaria mínima de la asignatura de Religión a 140 horas en la ESO. Sin embargo, la Comunidad de Madrid prevé mantenerla en las 210 horas. Mientras en Madrid se reservan entre los cuatro cursos de la ESO 2, 1, 1, y 2 horas semanales, respectivamente, para el adoctrinamiento religioso, Castilla – la Mancha, por ejemplo, se ajusta al mínimo legal y mantiene una hora semanal en todos los cursos.

Y he ahí la cuestión: prioridades. En cuanto los medios anunciaron que el borrador de currículum del Ministerio incluía una reducción de la carga horaria mínima de la asignatura de Religión, y antes de tener en cuenta otras consideraciones, el Gobierno regional corrió a asegurar que en Madrid se utilizaría el margen que otorga le ley a las Comunidades Autónomas para mantener el horario de esta asignatura.

De aquellos barros estos lodos: El hecho de que los partidos del Gobierno de coalición hayan incumplido su promesa de denunciar los acuerdos con el Vaticano para sacar la catequesis de la escuela propicia estas situaciones.

No obstante, lo que establece la LOMLOE a este respecto permite una adecuación paulatina de los centros a una realidad innegable que la Comunidad de Madrid ignora deliberadamente: cada vez hay menos alumnos que den Religión, y en los centros públicos ya son menos de la mitad (un 46% en ESO y un 37% en Bachillerato).

Nos encontramos pues, ante una decisión ideológica (y nada pedagógica): El Gobierno regional antepone a toda consideración su ideología ultraconservadora y su sesgo confesional para intentar blindar los privilegios de las distintas confesiones religiosas, en beneficio de una parte minoritaria de las familias de los centros públicos… se trata no obstante de un más que dudoso beneficio, puesto que al alumnado de Religión también se le recortarán significativamente las horas de Biología y Geología, Tecnología e Inglés. El Gobierno regional condiciona así a cuestiones meramente ideológicas las posibilidades de modificar el currículo de la forma más beneficiosa posible para TODO el alumnado.

La reducción del horario de la asignatura de Religión a una sesión en todos los cursos de la ESO permitiría un incremento razonable del horario de Educación Física minimizando el impacto en otras asignaturas, y sin dificultar a TODO el alumnado, tanto si va a Religión como si no, el aprendizaje en estas áreas.

Desde STEM, por supuesto, rechazamos la imposición de estos cambios en el currículum y exigimos a la Comunidad de Madrid que reconsidere su postura.

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